La culpa
y la vergüenza son fenómenos culturales
fundados en el patriarcado y en el paradigma de la verdad trascendente, es
decir, en la noción de que existe una verdad independientemente del observador
que somos cada uno de nosotros.
Cuando
estamos viviendo en el entendimiento de que hay una verdad objetiva, y por lo
tanto una forma correcta de ser y hacer, rechazamos nuestros propios deseos y
preferencias, poniendo en el centro de nuestro hacer, lo que debería ser.